DESVELANDO EL SER AMOR vs la RES de ROMA

Una de las intuiciones que me hizo renovar la forma de pensar es que nuestro Ser es un Árbol de Luz vital, y por tanto está contenido en una Semilla luminosa que crece en un terreno fértil de experiencias vitales, Aguas de Misericordia y Luz de Conciencia.

Así, toda intención e intuición lleva a pensamientos y sentimientos, que finalmente manifiestan las experiencias, donde crece la semilla de intención inicial. Si enfocamos nuestra intención y atención en el dolor, la amargura, la debilidad, la carencia, manifestaremos todo eso. Pedid, y recibiréis, dijo el Maestro.
Todo radica entonces en nuestra intención y visión atenta.

Vivir la plena integridad de lo que somos y la confianza o Fe en lo verdaderamente real implica percibir los matices sutiles en el vivir cotidiano, sobre todo lo sublime, que genera un sentido de pequeñez y humildad ante el Gran Amor que fluye en la Vida: en un gesto de amabilidad, un niño entusiasmado, el agradecimiento a unos padres por toda una vida de aprendizaje, el recuerdo de todo lo vivido…

El asombro reverencial del Ser es sabiduría y apartarse del mal comprensión (Job 28:28)

Esto lo suelen traducir como Temor del Señor. Y algunos dicen que es temer ofender a Dios. Sin embargo, es más bien temer hacer daño a lo Divino que mora en nosotros, temer no amar. Pero en el Amor no hay temor. Así que es más bien un sentido de asombro en humildad reverencial ante aquello que es sublime. Y eso nos hacer ser y hacer aquello que estamos destinados a ser y hacer.

Esto lo intuí durante muchos años, pero sólo comencé a comprenderlo más a fondo investigando las cualidades del llamado Verbo Divino o Tetragrammaton (Yhwh), cuyas cuatro letras reflejan esos cuatro pasos de manifestación: intención, organización, formación emocional y manifestación. No por casualidad se dijo: no tomarás el Nombre de Yhwh Elohym en vano (Exodo 20:7).

Y muchos se preguntan: ¿Qué nombre? ¿Nombre de quién? ¿Por qué no debe tomarse en vano?

 Bueno, en hebreo un nombre, shem, no es una etiqueta que se pega sobre alguien, sino una vibración que determina la esencia de algo. Y Yhwh significa básicamente Ser pleno, pues viene de Hawa (Ser, Existir). El mismo reverso de Yhwh se lee Hawayah, que es Existencia. Y contiene las formas verbales:  Fue (Haya), Es (Howwe) y Será (Yihie). De modo que su vibración es Yo Soy siempre inmortal, auto-subsistente, Luz vital para todos. Y eso es precisamente el significado de Amor, A-mort, ausencia de muerte, es decir, la Vida que se revela, con cualidades de Luz serena, sin tiempo. Así pues, el Ser Amor es Fuente de todo Ser de luz amante, viviente y sereno. Y por ello se le llamó Padre de Luces.

Incluso Pablo dijo a los griegos que los seguidores del Mesías Universal adoraban al dios desconocido, al que los griegos erigieron una estatua sin nombre. Y obviamente era el famoso Ser de los sabios. Parménides hizo un poema sobre el mismo, donde decía que lo único absolutamente real es el Ser uno y completo, mientras que lo que vemos con los cinco sentidos es relativo porque se desvanece.
Y lógicamente Pablo añadió: en Él vivimos, nos movemos y somos…linaje suyo (Hechos 17:28).          

Ahora, su Vibración de Amor y Vida de Luz serena no debe tomarse en vano porque cuando falta una sola de sus cualidades o Elohym, surge la sombra de Yhwh. De hecho, Hwh, Hoveh, es calamidad, desastre.

Yo Soy Yhwh, el que genera la luz (electromagnética) y forma las tinieblas (Isaías 45:6-7).

La incapacidad de percibir el Ser pleno lleva a ver sólo Sombra.

Por ejemplo, si hay Amor en nosotros pero no se manifiesta bien la Vida ni la Conciencia de Luz serena, surge un deseo insaciable que nos destruye, porque no se reconoce sí mismo.

Si desarrollas lo que llevas dentro, los que llevas dentro te salvará; si no desarrollas lo que llevas dentro, lo que llevas dentro te destruirá (Evangelio de Tomás).

La Vida desconectada del Amor y la Luz serena, se vuelve Oscuridad dolorosa, rencorosa y agitada.

La Luz sin Amor de Vida luminosa es un juego de luces, una simulación llena de caos y agitación electromagnética, falsa Sabiduría y Conocimiento a base de datos externos.

Por otra parte, nadie ni nada existe aparte del acto de Ser. Hasta lo irreal parece real cuando se atribuye ser esto o aquello: siente Yo Soy oscuridad, y te harás oscuridad por momentos; siente Yo Soy débil, y te harás débil en el tiempo; siente Yo Soy en el Gran Yo Soy Pleno, y saborearás tu Ser divino, aunque sólo sea un destello. Comprende que tú no eres. Sólo entonces verás que Eres porque el Gran YO SOY es ti.

Antes que Abraham fuese: Yo Soy (Juan 8:58)

Las mismas palabras Yo SoY, Seres y Somos son palíndromas, se leen igual al derecho y al revés. Cuando el Ser no es unívoco, sentimos Yo Soy en Orgullo, que es imponerse como algo separado desde la carencia, demandando Amor y Vida ignorada: soy enfermo, soy superior, soy inferior, soy pecador, dame salud, dame vida, dame cariño…

Y eso es hacernos objetos, cosas, no seres. Curiosamente, en latín cosa es res, y la misma sociedad trata a las personas como cosas, reses, ganado…

Sintamos pues Yo Soy Seres Somos, al derecho y al revés. Léanlo y siéntanlo.
El Ser es Uno y homogéneo expresó el poema del venerable sabio Parménides, al que nadie entendió.

Una verdad reflejada hasta en la oración hebrea más famosa:

Escucha Israel (Almas que vencen la oscuridad) el Ser Pleno (Yhwh Elohym) es un Ser Unicidad (Yhwh Ejad)–Deuteronomio 6.

Precisamente, en hebreo Ahaba (Amor) tiene el mismo valor numérico que Ejad (Unicidad), y es 13, como el valor de Einai, que es Ser en griego.

13 es la Semilla que contiene los 12 frutos del Árbol de la Vida; el Espacio que abarca las 12 aristas de un cubo…
¿Cómo podría eso ser casual?

No es posible escapar a la Realidad Amante que abarca y conecta todo en Unicidad (Ejad) haciendo la Vida fluir hacia la Unidad (Yihud).

Como vemos, la misma esencia de Yhwh revela la Verdad. ¿Qué más se puede pedir?

¿Pero cuántos lo entienden? ¿Cuántos han hablado de Hashem, Dios, lo Divino y los ángeles, sin expresar un ápice el Amor de Vida que no se aferra a las imágenes, los conceptos, los rituales y las creencias en ídolos externos?

Aún así, la Esencia del Amor tiene la virtud de abrir un espacio de constante flujo y auto-descubrimiento, como un corazón con cuatro ventrículos. De lo contrario se estancaría.

Curiosamente, Corazón en hebreo es Lebab, y al revés da Babel, que es confusión.
Del mismo modo, cuando el Amor es ignorado, da lugar a lo opuesto, Roma, símbolo del viejo sistema babélico babilónico, que sigue confundiendo con su lenguaje y religión dualista, en religiones con libros cuya letra mata.
Habiendo visto la belleza contenida en la dinámica del Ser, ¿no suena burdo y babélico hablar de un Dios Señor y dueño de almas que lucha frente a un Diablo o Acusador?

¿Por qué insistir más en llamar Señor al Amor, si el Ser Amor no es dueño sino Fuente Donante todoabarcante y unitaria?

La visión del Ser Amor casa poco con la idea del Dios Creador, Supremo Ente-cosa (Res), distinta a sus criaturas, que llegan a ser caídas y enfermas. ¿Qué clase de Dios da fruto decadente?

Por contraste, el Ser Unicidad no lleva a la creación sino a la generación, ya que la Semilla no crea el Árbol ni sus frutos, sino que los despliega desde su interior. Y cuando amamos somos su generación.

En cambio, la lengua bífida, divisoria, viene de la “generación de víboras” a la que se refirió el Maestro, apuntando a las autoridades religiosas llenas de odio y acusación.
Con todo, Pablito expresó verdad al decir que solo hay un Dios y Padre (Origen) que es por encima de todos, a través de todos y en todos (Efesios 4:6).
El problema es que por aquel entonces vocablos como Theou, Dios, Iesous, a pesar de haber tenido un origen sagrado, fueron asociados a divinidades astrales, como el Zeus, dios del Olimpo, que quedan sólo por encima de todos.
Mas el Ser no queda por encima de nadie pues transciende espacio y tiempo. Pero se manifiesta hasta en los astros.

Y el P